Feb 18, 2007

No a la clonación

Les voy a contar algo que sólo algunas personas saben: una de las razones por las cuales comenzó mi gustillo por esa maldita actividad llamada “periodismo” fueron las críticas televisivas. Yo era un alucinado por la televisión, y a eso de los 14 o 15 años, escribía comentarios y cosas para foros y cosas así.

Ese tiempo, hace tan sólo unos 5 años, cuando recién aparecían los realities, abundaban los programas de concursos, 31 minutos era aun un grupo de muñecos raros y en vez de Invasión estaba “Bakania” y “Smackgames”.

Además de una buena dosis de TV por cable, sobre todo joyitas argentinas que iban a 10 años luz de nuestra televisión microscópica.

Sin embargo, algo cambió. Justo cuando entré a la universidad, los planetas se alinearon de tal forma en que la caja catódica se puso de acuerdo en mostrar ideas cada vez más inútiles, a basarse en íconos sin valor, a dejar de lado cada vez a la gente común y ensimismarse de manera cíclica, como un espiral de la autoreferencia.

Por fortuna mi sueño comenzó a desvanecerse, mis motivaciones cambiaron (te salvaste Larry Moe) ya que la televisión local se está convirtiendo cada día más en un sitio insalvable, dado que a los ejecutivos les falta aprender el significado de una palabra: innovación.

Esto se ve demostrado con lo que en un principio pensé que se trataba de una mala broma, pero luego terminó siendo una prueba más del estado PUTREFACTO Y DENIGRANTE en que está la Televisionis Chilensis.



Todo partió cuando me puse a ver (por razones periodísticas, por supuesto) el noticiero de Mega y su cobertura del Transantiago. Como aun no me daban ganas de vomitar, me quedé viendo los comerciales, cuando veo un anuncio de “Veredicto”, un nuevo programa al estilo “Sala de Parejas” o “Caso Cerrado”, ese fetiche que dan en Red TV donde muchos hemos heredado dichos como “que pasen los litigantes”, “he dicho, caso cerrado" o fascinado con la relación de ama y esclavo de la abogada cubana con el guardia de seguridad "Iván".

Bueno, no me sorprendió, tomando en cuenta que Mega basa su éxito efectivamente a través de copias de otros programas (o “licencias”, para los amantes de los eufemismos). Sin ir más lejos, toda esa fiebre de la productora Roos Films, esa maldita asociación con Telefé para desempolvar viejas sitcoms como locos y “adaptarlas”. A propósito, soy de las 36 personas en Chile que nos e compran esta versión bastarda de “Casado con Hijos”.

Volviendo al tema, claro, una más de Mega, no me sorprende. Más encima que la abogada tiene la misma cara de “no te creo nada” que la Dra. Ana María Polo tiene en su programa.

Si no quieren ver a Mega pueden ver los avisos en LUN.COM… un momento… no, mejor no.

Bueno, mi vida siguió su rumbo, hasta que por X motivo llegué a Canal 13. Si, ese mismo canal que basa todas las campañas de lanzamiento de sus productos en “tributos” a otros artistas y que se auto proclamó el “gurú” de los realities, cuando el género claramente iba para otro lado (y que lamentablemente le fue bien).

Bueno, luego de plantearme la duda existencia de cómo es posible que a una teleserie le hayan puesto “Papi Ricky”, resulta que aparecen unas imágenes de una especie de juicio oral, con un tipo con un martillo diciendo “le tienes que pagar la bicicleta”. Al principio pensé “será un comercial de alguna multitienda”, pero no. El comercial fue sellado con las palabras finales “Pronto, Tribunal Oral” y un mensaje que no recuerdo, pero que apuntaba a querer resolver los problemas cotidianos de la gente.

Oh, que bien, ahora tengo un lugar para alegar por la nota que me pusieron en la última prueba o porque el chofer no me quiso dar boleto de escolar.



Ya empezaba a preocuparme. Ya dos canales tenían un mismo programa para hacerle competencia a nuestra abogada favorita, y sin chistar.

Cabe destacar que Veredicto se vendía como “el primer programa chileno” (porque se estrena antes) y Tribunal Oral como el que da “soluciones verdaderas”.

Digo esto porque aun nos falta un tercer actor. Sí, aunque no lo crean. Bueno, a estas alturas era lo previsible.

Viendo la lucha libre (y no estoy hablando de SQP, sino de los eventos de lucha libre que de vez en cuando dan) mi fascinación por ver las tandas comerciales sigue. De pronto en la pantalla sale un fondo blanco con letras rojas, la típica forma de presentar nuevos programas de manera “misteriosa”. Y el mensaje rezaba así “Pronto en Chile, de los creadores de Sala de Parejas y Caso Cerrado, llega la versión ORIGINAL bla bla bla…” La cosa es que este programa se llama “La Jueza”.

Santos desechos radioactivos. Ahora tenemos una tercera versión, pero que esta vez, supongo que por lo que dice el comercia, debe ser producida por Promofilms, la del programa importado de La Red. Y esta se vende como “la Original”. Vale decir, esa maldita tendencia a pensar que uno es original solo porque compra los derechos de otra persona.



La cosa es que nos encontramos con una situación en que 3 canales preparan propuestas que si bien es cierto no son IGUALES en su ejecución, nos remiten nuevamente a la homogeneización de la televisión. Con esto, cada día más parece que hacer zapping en la TV chilena es inútil, porque te devuelven a lo mismo.

Creo que ese es el mayor problema, no tanto el hecho innegable que los genios de las gerencias hayan decidido que si a Red TV le había ido relativamente bien con casos de inmigrantes y cubanos agarrándose con mexicanos, era tiempo de seguir el sendero de San Lucas y empezar a facturar.

Porque si nos centramos en criticar la mera copia, ni siquiera Ana María Polo se salva, porque esa idea de transmitir juicios y solucionar problemas en la televisión es una idea ultra vieja y recontra probada (es una forma elegante de hacer lo mismo que Laura o Jerry Springer).

Acá lo que realmente espanta es que 3 canales hayan anunciado al unísono programas del mismo tipo y sin que nadie pareciera asustarse. Podrán decir que es un “servicio a la comunidad”, que como los 3 programas han señalado en sus propagandas, “resolver los problemas de los cuales la justicia no se preocupa”, acostumbrar a la gente al nuevo sistema procesal penal (que ya de nuevo tiene poco, y si hay gente no informada es definitivamente flojera).

Yo les digo, AL DEMONIO CON TODO ESO, SIGUEN SIENDO UNA MANGA DE TIPOS SIN IMAGINACIÓN NI TALENTO PARA SABER QUE CUERNOS HACER CON EL ESPACIO TELEVISIVO QUE TIENEN.



Si algo probó Lost es que más vale tener siempre la versión original. ¿Se imaginan si en vez de comprar Lost, canal 13 hubiese anunciado la “adaptación”? ¿O por qué diablos Mega dejó de dar los capítulos clásicos de Married with Children para reemplazarlo por este excremento sobrevalorado e híperactuado? ¿Cuánto tendremos que esperar para que TVN se meta en el carro?

Si esto hubiese pasado hace 5 años, yo habría esperado a ver los 3 programas, poner sus pro, sus contras y elegir el mejor. Ahora, créanme, no me dan ganas de escribir más sobre la abominación repetitiva de los canales abiertos.

Lo más divertido de todo esto es que antes juraban de guata que eliminando el rating online la calidad de la TV iba a mejorar sustancialmente. Buen rollo que nos metieron. El verdadero cambio viene por la mentalidad de quienes manejan todo este insalvable círculo excretal.

Yo sabía que el medio es chico, pero nunca para tanto. ¿Acaso los mismos creativos trabajan para todos los canales?

Y acuérdense también de esto: este año la parodia que la va a llevar será la de estos programas. Todo hasta que a alguien se le ocurra poner un programa X y decir “esto podría funcionar”.

Me pregunto si podré acudir a uno de esos programas y demandar a las emisoras chilenas a actuar con innovación y propuestas. Hasta entonces la única diferencia real que tendremos entre un canal y otro es el logo.

Para el resto, solo les queda elegir entre “El primero”, “El profesional” o “El original”. 3 formas distintas de decir que es la misma mierda.

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